No uses el préstamo como ingreso extra habitual

No uses el préstamo como ingreso extra habitual

Explotar los préstamos como fuente de ingreso extra rentable puede parecer una solución rápida, pero oculta peligros serios. Un préstamo implica un compromiso financiero a futuro, no un verdadero ingreso.

En este artículo exploraremos cómo evitar caer en el círculo de endeudamiento creciente, proteger tu estabilidad económica y construir hábitos saludables para tu bolsillo.

Diferencia entre ingreso y endeudamiento

Para muchos, ver un monto aprobado en su cuenta tras solicitar un préstamo se percibe como un ingreso más. Sin embargo, un préstamo implica una deuda que debes saldar tarde o temprano, generalmente con intereses.

Un ingreso real genera valor: paga necesidades y permite ahorrar. El dinero prestado, en cambio, crea una obligación futura que reduce tu patrimonio y sacrifica tu tranquilidad cuando llega la fecha de pago.

Riesgos de normalizar los préstamos

Convertir el préstamo en un recurso recurrente para gastos cotidianos puede generar:

  • Dependencia constante de crédito ajeno.
  • Aumento progresivo de tu relación deuda-ingresos.
  • Condiciones de pago cada vez más onerosas.
  • Impacto negativo en tu historial crediticio.

Imagina a Laura, quien usaba préstamos para cubrir su renta mensual. Al cabo de seis meses, sus cuotas sumaban más del 50% de sus ingresos. Pronto descubrió que debía rechazar nuevas solicitudes y enfrentó la ansiedad de pagos impagables.

Entendiendo tu relación deuda-ingresos (DTI)

La relación deuda-ingresos, o DTI, mide el porcentaje de tus ingresos que va a pagos de deuda. Mantenerlo bajo control es clave para tu salud financiera.

Como regla general, tus pagos mensuales de deuda no deben superar el 30% de tus ingresos. Superarlo limita tu capacidad para imprevistos y cubre solo intereses.

Costos adicionales: tasas y comisiones

Más allá de la cuota mensual, solicitar préstamos frecuentes puede exponerte a:

  • Tasas de interés altas, entre el 15% y el 40% anual.
  • Comisiones de apertura, estudio y cobranza.
  • Penalizaciones por pagos tardíos o incumplimiento.

Estos cargos encarecen tu deuda y pueden generar consecuencias financieras y emocionales devastadoras cuando menos lo esperas.

Tipos de préstamos y sus riesgos

No todos los créditos son iguales. Conocer sus características te ayudará a tomar mejores decisiones:

  • Préstamos personales: Sin garantía, con tasas moderadas según tu historial bancario.
  • Préstamos de dinero duro: Rápidos y sin trámites complejos, pero con tasas y pagos muy elevados.
  • Consolidación y refinanciamiento: Puede ser útil para unificar deudas, pero encadena intereses unos tras otros.

Si usas un préstamo para pagar otro, terminas pagando intereses sobre intereses y aumentas tu DTI sin reducir el principal.

Errores comunes y trampas psicológicas

La urgencia y la comodidad llevan a tomar decisiones precipitadas. Entre las dificultades frecuentes destacan:

  • Creer que los préstamos “sobran” como dinero extra infinito.
  • No comparar opciones ni plazos de pago.
  • Solicitar avales o codeudores sin evaluar riesgos.

Pedir a un familiar que avale tu crédito eleva la tensión emocional y puede fracturar relaciones si las cuotas se acumulan.

Cuándo es justificable un préstamo

No todos los préstamos son malos. En ocasiones puntuales pueden ser una herramienta valiosa:

Emergencias médicas, estudios que mejoren tu perfil profesional o inversiones con retorno claro justifican el uso de crédito. Siempre debe tratarse de una excepción y no de un hábito.

Antes de aceptar, pregunta: ¿puedo sostener esta cuota sin sacrificar mis gastos esenciales? Si la respuesta es no, es mejor buscar alternativas. Por ejemplo, si tu mensualidad es de 4,652 pesos, tus ingresos deberían rondar al menos 16,000 pesos para mantener el pago dentro del 30% recomendado.

Alternativas al préstamo habitual

En lugar de recurrir al crédito, explora otras rutas:

  • Reorganizar tus finanzas: Ajusta hábitos de gasto y revisa suscripciones innecesarias.
  • Generar ingresos adicionales: Encuentra proyectos freelance o empleos de medio tiempo.
  • Negociar plazos: Habla con proveedores y busca opciones de pago más flexibles.

Con disciplina y creatividad, puedes evitar el estrés de deber cada mes y mejorar tu tranquilidad financiera.

Conclusión: asume el control de tus finanzas

El préstamo debe ser un recurso puntual, no un salvavidas permanente. Usarlo como fuente constante de ingresos erosiona tu libertad económica y atenta contra tu bienestar.

Transforma tu relación con el dinero: planifica, compara opciones y prioriza el ahorro. Crea un fondo para imprevistos y fortalece tu capacidad de respuesta sin endeudarte.

Al tomar decisiones informadas y evitar el uso habitual del crédito, construyes un camino sólido hacia la estabilidad y alcanzas tus metas sin cargas innecesarias. ¡Tu futuro financiero depende de las decisiones que tomes hoy!

Por Marcos Vinícius

Desde joven, Marcos Vinícius encontró en el universo financiero un camino que unía curiosidad y propósito. Hoy, a los 26 años, se dedica a la redacción enfocada en finanzas para el sitio icscru.com, donde transforma experiencias personales y estudios profundos en contenidos que traducen el complejo escenario económico de forma práctica y directa. Para Marcos, comunicar sobre finanzas es más que informar: es empoderar a sus lectores para que tomen decisiones con confianza y comprensión.